FEMINISMO Y POLÍTICA
publicado en el diario la Industria 01.03.2011
Feminismo: Igualdad de los derechos de las mujeres con los de los hombres. Gracias a la lucha de las feminista a nivel mundial, se ha conseguido logros sociales de trascendental importancia como el voto femenino, el derecho a los estudios, tener acceso a una profesión, el uso de los anticonceptivos, etc. Esto se suma otros frutos del sacrificio femenino como el derecho al descanso materno, igual trabajo, igual salario, elegir y ser elegida, etc.
EL FEMINISMO es la lucha por conseguir una nueva identidad humana a partir del hecho biológico de haber nacido mujer; es alcanzar, junto con los hombres, una nueva y superior categoría: la de personas. El feminismo no implica una ruptura con el hombre como ser humano sino con la idea creada a través de la historia de que el varón es, por definición, el ser superior y pensante, y la mujer la otra cara del espejo.
El feminismo es una filosofía que lucha por la libertad... La libertad de las mujeres no implica la esclavitud de los hombres, de la misma manera que los hombres no pueden soñar en ser libres si siguen oprimiendo a las mujeres.
Pero el feminismo es también una nueva concepción del mundo, visto a través del prisma de las mujeres. Un mundo en paz donde convivan, sin marginación ni opresión, hombres, mujeres y sus descendencias. Sería demasiado fácil decir que la mujer sólo tiene que luchar contra la concepción del hombre para llegar a ser libre. También tiene que luchar contra sí misma, contra su formación patriarcal y prejuicios sociales.
Ser mujer, hoy día, no es nada fácil. Pero tampoco lo es ser hombre. En realidad lo que es difícil es poder llegar a comportarse y a ser considerados como seres humanos, tanto las mujeres como los hombres, seres con valores éticos, impulsores de las ciencias y la cultura con identidades propias para mejorar nuestra calidad de vida no solo material si no espiritual, moral y cultural.
Las mujeres constituimos más de la mitad de la humanidad. Damos la vida, trabajamos, amamos, creamos, militamos, nos distraemos. Nosotras garantizamos actualmente la mayoría de las tareas esenciales para la vida y la continuidad de esta humanidad. Nos preocupamos de veras que nuestros hijos, esposo y familia entera, qué estén bien, material, sentimental y espiritualmente. Sin embargo, nuestra posición en la sociedad permanece subvaluada.
Las diferencias entre hombres y mujeres no provienen de la naturaleza, sino de la distinta educación de los dos sexos, y de que el acceso de las mujeres a la instrucción debe prepararlas a asumir todas las funciones. Igualmente relevante resulta la protesta contra la muerte civil de la mujer en la familia y su expulsión de las funciones económicas y políticas.
El feminismo a nivel mundial promueve y se reafirma en:
LA IGUALDAD: Todos los seres humanos y todos los pueblos son iguales, en todos los ámbitos y en todas las sociedades y tienen igual acceso a las riquezas, a la tierra, a un empleo digno, a medios de producción, a vivienda adecuada, a educación de calidad, a formación profesional, a la justicia, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente, a servicios de salud física y mental, a la seguridad durante la vejez, a un medioambiente sano, a la propiedad, a cargos de representación política y de toma de decisiones, a la energía, al agua potable, al aire puro, a medios de transporte, a las técnicas, a la información, a los medios de comunicación, al ocio, la cultura, el reposo, la tecnología y la ciencia.
No hay costumbre, tradición, religión, ideología o sistema económico o político que pueda justificar el poner a una persona en situación de inferioridad, ni permitir actos que pongan en peligro su dignidad e integridad física y sicológica. Antes de ser cónyuges, compañeras, esposas, madres y trabajadoras, las mujeres somos ciudadanas de pleno derecho.
Las tareas no remuneradas, calificadas de femeninas, tareas que aseguran la vida y la continuidad de la sociedad (labores domésticas, cuidado de las niñas y los niños, de los familiares) son actividades económicas que crean riqueza y deben ser valorizadas y compartidas.
LA LIBERTAD: se ejerce en un ámbito de tolerancia y de respeto de la opinión ajena, y dentro de parámetros democráticos y participativos. Las libertades conllevan responsabilidades y deberes para con la comunidad. Las mujeres tomamos libremente las decisiones en nuestro cuerpo, sexualidad y nuestra fecundidad se refiere, y decidimos por nosotras mismas si tener o no hijas o hijos. Sólo en un marco de libertad e igualdad puede ejercerse la democracia.
LA SOLIDARIDAD: Todos los seres humanos son interdependientes y comparten el deber y la voluntad de vivir juntos, de construir una sociedad generosa, justa e igualitaria, basada en los derechos humanos, exenta de opresión, de exclusiones, de discriminaciones, de intolerancia y de violencias.
La economía de la sociedad está al servicio de aquéllas y aquellos que la componen y se centra en la producción y en los intercambios de las riquezas socialmente útiles, las cuales se distribuyen entre todas y todos, garantizando ante todo el bienestar de la colectividad, eliminando la pobreza y asegurando un equilibrio entre el interés general y los intereses individuales.
LA JUSTICIA: está basada en una redistribución equitativa de las riquezas que permite eliminar la pobreza y garantizar la satisfacción de las necesidades esenciales de la vida buscando mejorar el bienestar de todas las personas.
LAS MUJERES PROPONEMOS: construir otro mundo donde la explotación, la opresión, la intolerancia y las exclusiones no existan más, donde la integridad, la diversidad, los derechos y libertades de todas y todos sean respetados.
OTRO MUNDO ES POSIBLE CON TU PARTICIPACIÓN!
BIBLIOGRAFÍA: Carta Mundial de las Mujeres para la Humanidad.
YOLANDA CADENILLAS ORTEGA
PEQUEÑA EMPRESARIA
ESPECIALISTA EN DESARROLLO LOCAL
CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
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